Es por eso que el Vaticano ha elegido al Papa Francisco, el 7º bis, no el octavo, para confundir a todo el mundo y hacer ver que no se cumplen las profecías.

 

La Iglesia Católica se ha visto confrontada por las Sagradas Escrituras que la niegan como Iglesia, se vio confrontada con las profecías de San Malaquías, que decía que tras la gloria del olivo vendría Pedro el Romano. Con el nombramiento del Papa Paco parece que se destruyen las profecías, y que no se van a cumplir. Nada más lejos de la realidad. Todo es humo, confusión,  un espejismo. Lo cierto es que mientras viva el Papa Benedicto XVI    él sigue siendo el séptimo Papa, y el octavo no empezará a contar hasta después de la muerte de Benedicto XVI, o de la muerte de Francisco. Entonces ¿qué número hace el Papa Francisco?, pues el Papa Paco es el Papa número “7 bis”, es otro 7, no el 8. Esta es la clave para entender el cumplimiento de la Profecía de la Biblia y la de San Malaquías  El Papa que cuenta es el que venga después de la muerte de Benedicto XVI o la muerte de Papa Francisco.  El actual Papa Paco es el séptimo bis, no el octavo.

Si el Papa Paco muere antes de que muera Benedicto XVI, todo el mundo entendería que el papa Paco no contaría como el 8º pues el 7º estaba vivo, y lo sigue estando, luego el octavo sería el que vendría tras la muerte de Benedicto XVI. Pero aún entendiendo que Benedicto muriera antes que Paco, el Papa Paco sería el séptimo bis, no el octavo, pues el octavo viene después del 7º, y Paco ya estaba cuando el 7º estaba vivo.

Salmo 82

Salmo 82.

Leí todo el Salmo y claro mucha impresión me causó cuando en los versículos 6 y 7 está escrito:

«Yo declare: Vosotros sois dioses, todos vosotros sois hijos del Altísimo, mas, morrereis como un hombre cualquiera, caeréis como cualquiera de los príncipes».

Es impresionante, José, este Salmo y estos versículos, porque de alguna manera nosotros los Hombres gozamos de una parte de la Divinidad, pero, esta parte es una semejanza suya tal como en otra parte dice:

«Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza» y no que nosotros seamos YahuWah o Dios de su igual Naturaleza.

Una cosa es la igualdad de Naturaleza y otra cosa es la semejanza e imagen de Naturaleza.

Dice que somos semejantes, una imagen pero, no dice que somos iguales al Omnipotente. Iguales, no. Semejantes, sí.

Y si somos semejantes y no iguales, en ¿qué somos semejantes?

Porque el omnipotente declara que Él está dentro de nosotros y que cada Hombre es su templo donde el Omnipotente habita.