La Profecía de Cristo Redentor y la Profecía de la Biblia, son la profecía del Apocalipsis.

El juicio del libro del Apocalipsis está por llegar; El falso Profeta está  por levantarse y la gran Bestia por aparecer.

EL TIEMPO DE QUE USTED SEPA LA VERDAD ES DEMASIADO CORTO.

La Profecía de Cristo Redentor, o la Profecía de la Biblia, o la profecía del Apocalipsis.

¿Qué dice esa Profecía que Jesús nos señala con el rayo en su mano el 17-01-2.014?

Dice que Juan Pablo II resucitará de entre los muertos tras la muerte del Papa Benedicto XVI y será Satanás dentro del cuerpo de Juan Pablo II, y dirá que es Dios, y todo el mundo le adorará. El Apocalipsis le denomina la Bestia, con mayúsculas. El Papa Francisco es el Dragón del Apocalipsis y le cederá su trono y gran autoridad a la Bestia, y Barac Obama será el Anticristo, la autoridad política, la bestia en minúscula del Apocalipsis, y todo eso sucederá antes de abril del 2.016, (la fecha es mía, no lo pone el Apocalipsis, es simple deducción).

Y con toda la Iglesia Católica a su favor, (la Bestia será el Papa, ya no Francisco que pasará a ser Papa Emérito como ahora lo es Benedicto XVI), con todos los políticos a su favor, con Obama al frente con TODA LA AUTORIDAD,  con todos los medios de comunicación a su favor, y con la capacidad de mandar sobre nuestras vidas porque será una cuestión de estado, ¿quien se podrá negar a adorar a la Bestia?, si es Juan Pablo II y ha resucitado de entre los muertos, seguramente con el nombre de Pedro el Romano, y dirá que es Dios, y hará milagros, y acabará además con las guerras y con el hambre en el mundo, ¿quién se negará a adorarlo?. Quien no adore a la Bestia será un peligro para la nueva sociedad, será un proscrito, un marginado, un perseguido, pensad que estaremos inmersos en la sociedad del Anticristo. Para eso preparan durante siglos el Nuevo Orden Mundial, para la llegada del Anticristo junto a las otras dos bestias del Apocalipsis.

Y todo aquel que adore a la Bestia o reciba su marca en la frente o en la mano será condenado para siempre en el infierno que dice la Iglesia Católica que no existe, por ese Jesucristo que la gente cree que tampoco existe.