Estimados Hermanos, durante todos estos días he meditado sobre el planteamiento propuesto, considero como una obligación el entregar el mensaje del Reino de DIOS, o buenas nuevas. Es una realidad que cuando hablamos con otras personas acerca de estas noticias que para nosotros son relevantes y de suma importancia, a veces a quienes hablamos o comentados de ello, no tienen interés alguno en escuchar y menos prestar atención a los mensajes de salvación que pronto serán precisamente eso “mensajes de salvación de vida”.
Por lo tanto creo que si nos toco el turno de vivir esta etapa de conclusión del presente sistema inicuo, es por la única voluntad del PADRE ETERNO, y por tanto esa voluntad debe ser obedecida por quienes han prestado atención, han investigado, además, DIOS en su gran bondad amorosa, ha permitido que usando la perspicacia podamos entender de cierta forma como se cumplirán estas profecías y eso mismo nos debe motivar a darlas a conocer a la mayor cantidad de personas posibles, usando todos los medios disponibles a nuestro alcance. Es decir trabajando y comprendiendo que estos tiempos son favorables aun para hacer roles de atalayas como lo fueron en la antigüedad aquellos que podían ver desde su posición los asuntos que venían y afectarían a quienes Vivian cobijados debajo de aquellos muros.
Es un gran y grato desafío que se propone hacer, y requiere solo voluntad y por supuesto la bendición de DIOS y su HIJO, son ellos los únicos que nos pueden ayudar a entregar este mensaje urgente a la humanidad soñolienta.
Mi pensar es que al momento de iniciarse los grandes hechos que traerán la angustia a la tierra, ocasionaran en primer lugar una gran frustración en quienes son seguidores de distintas organizaciones religiosas, el ver y comprobar como todos los planes, enseñanza, esperanzas y fe, puesta en quienes dirigen estas organizaciones no son cumplidos, causara que muchas personas busquen a ultima hora el camino angosto, y con la misericordia de DIOS PADRE, tal vez podamos ser útiles a estas personas.