‘El ébola está fuera de control’ si llega a Europa será la peste negra.

Mientras se estudia una vacuna que tardará años en llegar, sólo hay algo que se mueve más rápido que la plaga: la picaresca. Cientos de ciudadanos chinos han comprado toneladas de guantes de fregar y los han puesto a la venta, a precio de oro, en Monrovia, Freetown y Conacky. Aseguran que así sus compradores están a salvo de este virus sin control que ya lleva más de 729 muertos y los que vengan.

«Los equipos médicos desplegados sobre el terreno están al límite de sus fuerzas», dicen desde Médicos Sin Fronteras. «La rotación es cada vez más intensa, casi sin descanso». Los doctores y enfermeros ven a diario morir a compañeros suyosya han fallecido más de 100 trabajadores sanitarios en este brote– y aún así acuden a los hospitales a tratar a los enfermos, a los que se suministra suero para que no se deshidraten. Y poco más puede hacerse por ellos antes de saber si la fiebre hemorrágica les reventará por dentro o su cuerpo se impondrá al virus.

La emergencia comienza a ser incuestionable: Guinea, Sierra Leona y Liberia ya han cerrado sus fronteras y todas las instituciones que tienen algo que decir en el control de epidemias ya se han movilizado con la confianza de que no sea demasiado tarde. Las cifras de contagiados siguen creciendo mientras los países afectados llaman a sus ejércitos para mantener cerradas las zonas de cuarentena, algo complicado con fronteras tan porosas como las de África Occidental. Costa de Marfil y Mali, ya en alerta, son los países más amenazados, ya que sus bordes comparten muchos kilómetros.

Moneda N.O.M.

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