En una relación sexual, o en el sexo o en la sensualidad tanto sea de la relación como de la sensualidad, ¿puede el Omnipotente hacerse presente?

En mi último artículo «Tristis est anima mea usque ad mortem», Diana, Víctor y demás lectoras y lectores, quise expresar, simplemente un estado de alma mío, por el que Yahusha también pasó a las vísperas de su muerte. Es un sentimiento de gran soledad, tristeza, abandono el que se siente, durable por semanas. No es miedo, ni temor, ni angustia. La frase que viene después explica bien cuando dice «por la falta de amor». Y es justamente este «amor» del que se habla que expresa el «tristis est anima mea…»

El amor del que se habla se refiere y siempre a lo que expresa existencialmente una realidad que lo justifica, pero, es invisible. La emoción como sentimiento que se pueda venir a sentir por eso, nada tiene de sexual, sensual, sensación, si bien, puede a veces implicar todo eso, mas, no es necesario. «Lo que expresa existencialmente una realidad que lo justifica», se entiende como el ser de la criatura y este ser, puede que sea corpóreo, pero, siempre se contacta con los elementos que lo hacen, tales como las células, los átomos, las partículas, todo lo que a ojos simples es invisible, pero, sabemos que allí están.

No estamos seguros de lo que realmente sea el amor, porque lo confundimos con sexo, relación sexual, hasta el punto que decimos «hacer el amor» como si fuera realmente eso amor. Puede que lo sea, dependiendo de muchas contingencias que puedan venir a pasar, mas, sabemos de las revueltas, resentimientos que eso provoca cuando faltan los elementos necesarios y que ignoramos cuales sean. Y son esos «elementos necesarios» que hacen el amor entendido como tal. Y ¿»cuáles son esos elementos necesarios»?

En todas nuestras exposiciones hemos tratado o hablado acerca del ser. Y lo hemos explicado, me parece, suficientemente. El amor que aquí tratamos de explicar, se refiere a tomar conciencia de lo que somos y de lo que, por nuestros relacionamientos, de alguna forma es. Después a la participación desde nuestro interior nuestra realidad con la de nuestros relacionamientos. Y, por último, nuestra intercompenetración espiritual-mental-psíquica, unida con la emocional y sensitiva, evitándose cualquier tipo de exclusividad.

Sin por eso, sabiéndose de que pueda existir, pero, podrá existir si entendemos que nuestra realización como seres humanos, depende de ella, respetándose toda la gama del ser. De esta forma, el sexo, la relación sexual, entran como componentes y pasan a formar parte del amor. Si separamos el sexo o la relación sexual del amor del ser, estamos creando una neurosis, una división que sin adecuada solución, nos conducirá al odio, a la revancha, a la venganza, a la enfermedad.

Entonces. ¿Qué es el amor?. Puntualmente no tenemos una definición. Pero, podemos de alguna manera decir por la experiencia que es un «Estado del espíritu». Este estado se refiere al conocimiento, a la percepción, al encantamiento por sus cualidades, del ser. Amamos cuando conocemos el ser por el que sentimos atracción. Cuando lo percibimos como elemento de atracción. Y cuando nos encantamos por ese conocimiento y por esa percepción. El sexo, la sensualidad, la relación vendrán sí o no, después como consecuencia, mas, no forman parte necesaria del amor.

Bajemos un poco más en nuestro raciocinio. El Omnipotente ES AMOR, porque conoce. Primero SE conoce. Segundo Se percebe en quien o en lo que conoce. Y tercero se encanta por el conocimiento y por la percepción. Entonces SU AMOR es un conocimiento, es una percepción y un encantamiento. Pero, como en el Omnipotente TODO ES, se infiere que en ÉL TODO ES AMOR.

Bajemos un poco más. En una relación sexual, o en el sexo o en la sensualidad tanto sea de la relación como de la sensualidad, ¿puede el Omnipotente hacerse presente?

Si es hecha conforme y respetando todos los parámetros del ser como tal, sin herir ninguna de sus cualidades y con la intención sincera y espontánea de realizarlo plenamente, incondicionalmnte, la respuesta siempre es afirmativa.

No significa que el Omnipotente sea sexual, sensual. Significa que ese ser que allí está, cumpliendo sus funciones para las que fue destinado, conforme la guarda plena del ser como tal, ÉL porque ES, forma parte de esa realidad y porque forma parte de ella, participa, más, todavía, ES ELLA. 

Esta última frase explica la condenación del adultério y de la prostituición. El sexo, la realación sexual, hechas sensualmente de formas a negar el ser como tal, en sus cualidades y en su finalidad que puede ésta última ser nada más que ontológica, sin implicancias matrimoniales, sólo ontológicas, el Omnipotente lo condene, porque LE NIEGA SU SER y si Le niega pecamos, construimos el Pecado, y construyéndolo, nos separamos de Él y al separarnos, pasamos para nuestra condenación que nosotros mismos construimos. Por eso, la frase de Yahusha: «Yo tampoco te condeno. Va en paz y NO PEQUES MÁS».

Si usted se sintió chocado por el último parágrafo, reléalo otra vez. Y medite una cosa. El Pecado es un producto nuestro y no una acción contra el Omnipotente. El Pecado es una carencia, una falta de ser que parte de nosotros mismos, de nuestras elecciones, hechas contra nosotros mismos y no que ofendamos al Omnipotente.

Si el Omnipotente nos castiga en razón del Pecado, ese castigo viene de que nosotros Le negamos y al negarLe, atraemos para nosotros la energía reversa, y no que ÉL nos castigue.

Si usted no cree en el Omnipotente, ÉL no le castigará, simplemente, le entregará a su increencia. Si usted es un ser religioso, no le castigará porque LE pospuso por una religión o iglesia, simplemente le entregará a esa acción reversa.  Y así es con todo.

Entonces. El Pecado es fábrica suya. Es una ofensa contra usted. Y para reconciliarse con el Omnipotente que usted negó en su ser, Él le pide que se arrepienta, que reconozca el pecado como tal, que pida perdón mediante la Persona de Yahusha, quien le perdona y por la Fe en Él, Él, le salva.

Vea como toda esta explanación le explica claramente, cosas que nadie le explicara, no porque sea yo el genio o el iluminado, sino simplemente, el instrumento para que usted llegue a esta comprensión y vaya de encuentro de Yahusha que es lo que interesa.

Saludos y Paz.

Juan Carlos