«La deuda europea es el mayor fraude de la historia», afirma experto
En otras palabras, un nuevo caso Ponzi que necesariamente va a terminar mal.
En la memoria de los mercados está aún fresca la monumental pirámide que armó el ahora presidiario Bernard Madoff.
Pero vale la pena repasar su funcionamiento: se trata de aquellas prácticas financieras por las cuáles se promete a los inversores una determinada rentabilidad sin que el destino real de sus fondos la pueda justificar en ningún caso.
De modo tal que son los nuevos aportantes de liquidez los que, con su dinero, permiten a los promotores de la idea cumplir con el retorno prometido, alimentando de este modo la «credibilidad» y bondad de su actividad y atrayendo nuevos recursos de incautos.
Una estructura que funciona bien mientras fluye el efectivo pero que deviene insostenible cuando éste se seca.